La familia de Maribel logra 159.000 firmas para legalizar la eutanasia
Todo comenzó con una carta, escrita de puño y letra por Maribel en la que dejaba claro que si le tocase vivir una vida en la que no pudiese recordar, no desearía seguir viviendo. Hace 17 años que Txema, el marido de Maribel, comenzó a detectar fallos de memoria, momentos, situaciones, en las que sospechó de una posible enfermedad. Pero fue hace 12 cuando llegó el diagnóstico oficial. Alzhéimer. Una palabra que inspira miedo, rodeada de un tabú general. Sin embargo, tanto Maribel como su familia decidieron plantarle cara en una lucha que ha llegado hasta estos días. “Cuando se la detectaron, volvió a estudiar euskera e inglés, hacía sudokus y ejercicios mentales, pero sobre todo nos ha ayudado la musicoterapia”.
Las investigaciones han concluido que la música es lo último que se pierde en la memoria, por ello se volcaron en hacer de la música su día a día. Cosa muy sencilla, ya que Txema lleva al mando de la agrupación musical los Barbis durante más de 50 años, de la que también forma parte Maribel. “Hasta marzo ha estado participando en conciertos, ensayos y actuaciones”, a partir de ahí el deterioro ha sido continuo. Su hogar, su casa, está repleta de instrumentos musicales que hace que las notas bailen a ritmos acompasados entre pasillos y paredes. Y fue la música un aliado que los ha acompañado durante muchos años. “Hace años comencé a escribirle poesías y canciones a Maribel”, añade Txema, pero este desafío le llevó a otros retos, hasta el punto de redactar los “Relatos de un cuidador enamorado”, donde deja constancia de cómo es el día a día con una persona con Alzhéimer. “Todo lo que hay escrito sobre el Alzhéimer es catastrófico, muy negativo y pesimista. Entonces, traté de darle un enfoque diferente, tratar de mostrar cómo se vive con la enfermedad”, añade.
Hace poco más de un mes, cuando vieron que la situación era ya de no retorno, la familia de Maribel decidió publicar una carta en la que Daniel, uno de sus hijos, describía la dura situación que viven. Maribel dejó claro que no quería vivir así. De hecho, la única solución con la que cuentan a día de hoy son los cuidados paliativos. “Nos están tratando muy bien, reducen mucho el dolor físico, pero no totalmente. Ella cuando siente dolor, no tiene auto diagnóstico, no sabe dónde le duele y no puede comunicarlo. A veces se me acerca, me agarra y me dice “no quiero, esto no quiero, es muy duro, tu sabes que no lo quiero” es desgarrador”, cuenta un Txema emocionado.
Sin embargo, los cauces legales para poder optar por la eutanasia distan mucho de ser una realidad. “Da pena ver cómo avanza la tecnología y qué poco avanza la sociedad”. A día de hoy, apenas 15 países en el mundo cuentan con cauces legales para proceder a la eutanasia, pero España no es uno de ellos. “En la carta que escribió hace 12 años dejó claro que ella no quería vivir así, tenía el precedente de su madre, que también tuvo Alzhéimer y estuvo en la cama en estado casi vegetal durante muchos años”. Es por ello que, comenzaron con una campaña de recogida de firmas que ha día de hoy ha superado ya las 159.000. Para poder facilitar la recogida han abierto una página web www.sos-amatxu.com, donde también se recogen las cartas, poesías, relatos y una pestaña para poder firmar.
“Al principio decíamos joe... si llegásemos a las 50.000...”. Y de manera escalonada han llegado a ser miles. En la primera semana recogieron 7.000 firmas, para apenas lograr 60 en los tres siguientes días. Sin embargo, la explosión llegó al siguiente, con más de 55.000 firmas en apenas 24 horas.
La labor de difusión también contará con la proyección de un documental sobre un día cuidando a una persona con alzhéimer, lo que dará más divulgación a este y otros casos similares.
“Tenemos modelos en Europa muy avanzados, no hay más que copiar y avanzar en la eutanasia”. Esta solución podría ser un remedio para evitar el sufrimiento continuado de pacientes y familiares. De esta forma, finalizaría la etapa de muchas personas que dejarían esta vida sin olvidar a sus seres queridos. Sin olvidar quienes son. Sin olvidar su identidad. Sin olvidar.