Asier Martínez de la Pera, ilustrador del libro 'Los latidos de la pelota'

Recientemente salió publicado el libro ‘Los latidos de la pelota’, en el que has participado como ilustrador del mismo, ¿qué se encontrarán en él los lectores?
Es un libro alegórico sobre la pelota a mano, un homenaje. El hilo conductor es la pelota y describe de forma retórica y con mucho mimo las características propias de este deporte. Se podría decir que va dirigido a los amantes de este deporte, pero creo que puede incluso despertar la curiosidad a aquellos que no lo conocen.

¿Cómo surgió la posibilidad de llevar a cabo esta obra?
La verdad es que es un proyecto personal al que llevaba años dándole vueltas hasta que me puse con ello de forma más constante, durante el confinamiento. Yo quería hacer un proyecto sobre esta temática pero no sabía qué ni como enfocarlo, incluso ni que fuera a tener forma de libro. Me fui documentando sobre cómo había sido ilustrada la pelota a lo largo de la historia en diferentes ámbitos y la verdad es que fue algo clave para ‘acotar’ mi trabajo.

Descarté la idea de hacer algo documental, histórico o real y encontré ejemplos en los que se hablaba de la pelota de forma más poética o metafórica. Finalmente llegué a la conclusión de que tenía que ser en forma de libro. Empecé a poner encima de la mesa conceptos como la geometría y el espacio, la piedra (del frontón), las contradicciones (del dolor que produce la pelota en la mano), los ángulos obtusos… Características propias de la pelota que la hacen especial y que creo que a cualquier aficionado le hacen vibrar. Fue en ese momento cuando me puse en contacto con Aritz Arrizabalaga, filólogo, escritor y amigo para elaborar el libro.

Lo curioso de este libro es que prácticamente se ilustró antes de tener textos. Y los dos sabíamos que Aritz no iba a hablar de un frontón, de una pelota o de otro concepto que le propusiera de una forma objetiva, sino que iba a aportar su forma de sentirlo.

¿Cómo ha sido el proceso de trabajo en lo que respecta a las ilustraciones?
La documentación fue clave para contextualizar y darle forma. Durante ese tiempo también experimentaba y hacía bocetos de poses, indumentaria o materiales, que después se fueron definiendo. Los pelotaris y sus poses están completamente idealizadas, como si se tratara de un escenario con figuras que colocamos y damos poses con cuidado. La técnica elegida ha sido el lápiz y las acuarelas, ya que son dos de mis técnicas favoritas.

Se han empleado la perspectiva, el color, y las poses ligeramente teatralizadas. Tratándose de una técnica tradicional todas las imágenes han sido fotografiadas, retocadas y maquetadas en el libro junto a los textos que Aritz escribió. Finalmente se tradujeron los textos al castellano también con la ayuda de Teresa Lázaro.

¿En qué otros proyectos similares has trabajado?
En el campo editorial he realizado colaboraciones en revistas, periódicos, pero es el primer libro que he ilustrado yo solo. La Diputación Foral de Bizkaia mostró su interés en el proyecto, así que todo ha salido a pedir de boca y les estoy muy agradecido. Probablemente me anime con más proyectos editoriales.

¿Qué es lo que más complicado te resulta de tu labor como ilustrador?
Es un reto transmitir algo gráficamente de la manera que quieres. Ilustrar va mucho más allá de dibujar o pintar, es más cómo lo cuentas. En la parte técnica siempre se puede evolucionar, pero uno tiene que ser capaz de contar las cosas de una forma especial, de una forma creativa. Esa parte es la que realmente me da más miedo, que se me agote la creatividad. Las ideas creativas no vienen por arte de magia, hay que buscarlas y trabajarlas.

¿Y lo que más te apasiona de ello?
Siempre me ha apasionado dibujar y, a medida que fui estudiando, aprendiendo y adquiriendo más capacidades, me he ido volviendo más crítico con mi trabajo, pero creo que eso es en parte lo que ‘engancha’, el reto, siempre me ha gustado tener un objetivo y superarme.