Mareómetro: Cleta García y Arzubiaga (1814-1889)
Madre de un indiano
Esta mujer representa a tantas madres que vieron marchar a sus hijos jóvenes a hacer las Américas y a los que en general no volvieron a ver. Hija de un castellano de oficio tejedor, Pedro García, que llegó a la Villa en 1806 y se casó con María de Arzubiaga, labradora jornalera, tenía 22 años y era costurera cuando se casó con Luis Tajada y Sobrado, viviendo en la calle del Medio.
El hijo mayor, Cleto, nacido en 1846, era muy joven cuando se embarcó para Santiago de Cuba, donde residía un tío suyo que le empezó recomendando que modificara su apellido por Tejada, como había hecho él, para evitar mofas, y que le encontró trabajo en Cienfuegos, en un almacén de azúcar. Posteriormente abrió una tienda propia, que sería la primera de otras más que fue estableciendo en diferentes asentamientos rurales, y que le darían una buena posición social.
Involucrado en la política municipal de Cienfuegos, cuando el barrio de Palmira, donde se encontraba el central Portugalete de Sotero Escarza, se segregó como municipio independiente, Cleto fue elegido su primer alcalde en 1879. En 1881 volvió para visitar a su madre, y en el viaje su mujer dio a luz un niño, bautizándolo en la parroquia de Santa María con el nombre de Pablo, que se quedaría con su abuela mientras sus padres regresaron a Cuba.
Cleta cuidó y educó a su nieto hasta los ocho años, cuando que ella murió, regresando entonces a recogerlo Cleto Tejada (que siempre llevó consigo la foto de su madre que conservan sus descendientes) y que en 1894 murió trágicamente en el Hotel Inglaterra de La Habana donde se hospedaba con su mujer mientras buscaba tratamiento a sus trastornos mentales.
Su hijo Pablo, tras realizar en EEUU estudios de contaduría, llevó la contabilidad de varias bodegas y tiendas de Cienfuegos.